¿Qué deberías hacer si estás bajo mucho estrés o enfrentando un problema de salud mental y no tienes dinero para el tratamiento?

Si te preocupa el pago de la atención de la salud mental, no estás solo. Muchas personas necesitan ayuda y se preocupan porque no pueden pagarla. Aunque los seguros de salud cubren problemas de salud mental, el pago puede ser un verdadero desafío. Algunas aseguradoras no cubren la totalidad de los servicios de salud mental y con frecuencia tienen copagos y deducibles caros.

De todos modos, es posible encontrar ayuda o atención de salud mental asequible y, en algunos casos, incluso de forma gratuita.

Un consejero gratuito o de bajo costo

Cuando necesites encontrar un consejero, comienza por tu escuela. Los consejeros escolares y los psicólogos de la escuela pueden ofrecerte un oído de forma gratuita. Pueden ayudarte a dimensionar la situación que estás enfrentando y, si es necesario, indicarte dónde puedes recibir más ayuda en tu condado o tu comunidad.

Si el consejero de tu escuela no te puede ayudar, tendrás que investigar un poco más para decidir cómo recibir ayuda. Algunas posibilidades que puedes explorar para recibir atención de salud mental gratuita o a bajo costo son las siguientes:

  • Centros y clínicas locales de salud mental. Estos grupos son solventados por los gobiernos federal y estatal, por eso, cobran menos de lo que podrías tener que pagarle a un terapeuta particular. Busca en línea "servicios de salud mental" y el nombre del condado o de la ciudad en la que vives. O visita el sitio de la Asociación Nacional de Clínicas Gratuitas y de Caridad. La Administración de Servicios y Recursos de Salud del Departamento de Servicios Humanos y de Salud de los Estados Unidos también ofrece una lista de clínicas solventadas con fondos federales, clasificadas por estado. (Nota: Si haces clic en alguno de esto enlaces, saldrás del sitio TeensHealth.)

    Debes tener algo en cuenta: No todas las clínicas de salud mental se ajustan a tus necesidades. Algunas tal vez no sean adecuadas para personas de tu edad (por ejemplo, es posible que una clínica se especialice en veteranos o en niños con problemas de desarrollo). Sin embargo, vale la pena que llames. Aun cuando en una clínica no te puedan ayudar, las personas que trabajan allí tal vez te puedan recomendar a alguien que pueda hacerlo.
  • Hospitales. Llama a los hospitales locales y pregunta qué tipos de servicios de salud mental ofrecen y a qué precio. Los hospitales universitarios, en los que los médicos reciben formación, suelen ofrecer servicios gratuitos o a bajo costo.
  • Universidades. Si una universidad de tu zona ofrece la carrera de psicología o trabajo social, los estudiantes tal vez trabajen en clínicas gratuitas o de bajo costo como parte de su capacitación.
  • Servicios de salud en el campus. Si estás en la universidad o a punto de comenzarla, averigua qué tipo de terapia ofrece tu institución y cuál es el costo. Pregunta si ofrecen asistencia especial para los estudiantes.
  • Programas de asistencia a los empleados (EAP). Estos programas gratuitos ofrecen terapeutas profesionales para evaluar la salud mental de las personas y ofrecen terapias de corto plazo. No todas las personas pueden acceder a este beneficio: Estos programas se ofrecen en el lugar de trabajo, por lo tanto, tú (o tus padres) deben trabajar para un empleador que ofrezca este tipo de programa.
  • Terapeutas particulares. Pídeles a los adultos o a tus amigos de confianza que te recomienden un servicio de salud mental. Después, llama para averiguar si ofrecen una escala de salarios adaptada a la cantidad que puedes pagar. De ser necesario, algunos psicólogos incluso ofrecen algunos servicios de manera gratuita. Para encontrar un terapeuta en tu área, visita los sitios de la asociación de salud mental de tu estado o de la Asociación de Psicología Americana (APA).
    (Nota: Si haces clic en alguno de esto enlaces, saldrás del sitio TeensHealth.)

    Para recibir los servicios de bajo costo, tal vez debas demostrar que tienes necesidades financieras. Si aún vives en tu hogar, esto podría significar que tus padres o tutores tendrán que completar formularios. Pero tu terapeuta mantendrá la confidencialidad.

Si tienes menos de 26 años, la atención de tu salud mental todavía debería estar cubierta por la póliza de seguro de tus padres. Vale la pena que te comuniques con la aseguradora para averiguar qué servicios cubre la póliza y cuántos de estos servicios paga.

Ayuda financiera

Los programas como Medicaid o el Programa de Seguro de Salud para Niños del Estado (SCHIP por sus siglas en inglés) ofrecen seguros médicos gratuitos o con tarifas reducidas para adolescentes que no tienen una cobertura. Para averiguar si puedes recibir asistencia de salud mental a través de estos programas, comunícate con el hospital o el consultorio del médico y pide hablar con un consejero financiero. El consejero de tu escuela tal vez pueda ayudarte a determinar qué tipo de asistencia médica pública podrías recibir y te orientará a lo largo del proceso para solicitarla.

Los menores de 18 años que viven en la casa de sus padres, necesitan que uno de los padres o el tutor firmen los papeles para estos programas. Después de esto, sin embargo, tu atención será confidencial. El terapeuta no les dirá a tus padres sobre qué han hablado, a menos que crea que puedes provocarte daño a ti mismo o a otra persona.

Obtener ayuda en una crisis

Si sientes deseos de suicidarte, te sientes desesperado o deprimido, o si crees que podrías dañarte a ti mismo o a otras personas, llama a una línea de atención al suicida o de crisis. Estos servicios ofrecen ayuda gratuita de manera inmediata.

  • Líneas de atención al suicida. Las líneas confidenciales y gratuitas, como 1-800-SUICIDE o 1-800-999-9999 cuentan con personal capacitado las 24 horas del día, los 7 días de la semana. Ellos te pueden ayudar aunque no sepan tu nombre o no puedan ver tu cara. Incluso pueden derivarte a un profesional de la salud mental de tu zona con quien puedes hacer un seguimiento.
  • Líneas de atención en caso de crisis. Estas líneas ayudan a sobrevivientes de violaciones, violencia y otros traumas. Algunas, también ofrecen terapia a corto plazo. Para encontrar una, busca en línea "línea de atención en crisis" y el nombre de tu estado.

Otras maneras económicas de recibir ayuda para atravesar una crisis son las siguientes:

  • Salas de emergencia. Las salas de emergencia tienen la obligación de evaluar y cuidar a las personas con emergencias tanto emocionales como físicas. Si crees que podrías dañarte a ti mismo o a otra persona, también puedes llamar al 911.
  • Centros locales para crisis. Algunos estados tienen centros de atención para crisis para personas que atraviesan problemas de salud mental, adicciones o ataques sexuales. Son similares a las salas de emergencia, pero para personas que tienen una crisis emocional.

    Cada condado y cada estado hacen las cosas a su modo. Algunos, tal vez no tengan centros para crisis. Otros, tal vez tengan unidades móviles que se acercarán hasta donde estés en un caso de emergencia. Algunos centros para crisis operan en hospitales y otros son administrados por servicios de salud mental del condado o sin fines de lucro. Para saber si hay un centro para crisis cerca de donde vives, busca en línea tu ciudad, tu condado o tu estado y términos como "centro para crisis", "centro para la atención de crisis", "servicios psiquiátricos de emergencia" o "intervención en crisis".

Si necesitas ayuda para encontrar algún tipo de servicio, comunícate con la asociación de salud mental de tu estado o con la APA para averiguar dónde puedes recibir tratamiento y terapia cerca de donde te encuentras. (Nota: Si haces clic en alguno de esto enlaces, saldrás del sitio TeensHealth.)

Recetas

Pagar las recetas puede dejarte sin nada de dinero. Aquí encontrarás algunas formas inteligentes de controlar el dinero que gastas en medicamentos:

  • Averigua si puedes tomar medicamentos genéricos o que no sean de marca. Pregúntale al médico o al farmacéutico si existen versiones de venta libre de los mismos tipos de medicamentos recetados.
  • Averigua si existen programas de asistencia para los medicamentos recetados (también llamados "programas de asistencia a pacientes"). La asociación Partnership for Prescription Association ofrece medicamentos recetados gratuitos o a bajo costo para personas que reúnen ciertos requisitos debido a su nivel de ingresos. (Nota: al hacer clic en este enlace, saldrás de este sitio de TeensHealth).
  • Compara los precios en las farmacias locales. Llama para preguntar cuánto te están cobrando por tus medicamentos recetados.
  • Comunícate con la compañía farmacéutica que fabrica el medicamento. Todas las grandes compañías farmacéuticas tienen números de asistencia para las recetas y tú puedes llamar para pedir ayuda.
  • Ten cuidado con las muestras medicinales (o los cupones y las rebajas). Pueden parecer atractivas pero suelen ser para medicamentos caros y de marca. Esto puede ser útil mientras te duren las muestras. Pero como a los médicos no les gusta cambiar un medicamento que está surtiendo efecto, podrías terminar pagando el precio completo una vez que se te terminen las muestras.

    Antes de aceptar una muestra gratuita, habla con el médico sobre si puedes pagar el medicamento a largo plazo. Si es un medicamento que solo necesitarás mientras duren las muestras, aprovecha esta oferta.

Si ya estás tomando medicación, debes saber dos cosas:

  1. Nunca dejes de tomar un medicamento recetado ni reduzcas la dosis simplemente porque no puedes pagar el medicamento. Algunos medicamentos pueden provocar efectos secundarios si dejas de tomarlos o cambias las dosis sin asesoramiento del médico.
  2. Nunca uses los medicamentos de otra persona. Aunque una persona tenga la misma afección que tú, los medicamentos actúan de manera diferente en cada persona.

Si no puedes pagar un medicamento, comunícate con el médico que te lo recetó. Dile que tienes problemas para pagar los medicamentos y que necesitas ayuda. En la actualidad, es bastante habitual que las personas pidan este tipo de ayuda y los consultorios médicos saben cómo obtener ayuda o ponerte en contacto con alguien que pueda ofrecerte ayuda.

Los padres y otros adultos

Hacer uso del sistema de atención médica puede ser un poco confuso (incluso para los adultos). Por eso es una buena idea que uno de tus padres, un pariente, un médico, un consejero escolar o un trabajador social te ayude a ponerte en contacto con profesionales de la salud mental.

Pero, ¿qué ocurre si quieres recibir asistencia psicológica sin que tus padres o tutores lo sepan? En muchos estados, los adolescentes pueden recibir tratamiento para la salud mental sin el consentimiento de los padres. Cuando llames a una clínica, un hospital o a un terapeuta, pregunta cuáles son las reglas del estado sobre el consentimiento de los padres para recibir servicios de salud mental. Y, cuando veas a un terapeuta, averigua cuáles son las reglas para comprar medicamentos. Aunque puedas recibir atención confidencial, es posible que tus padres deban brindar su consentimiento para que puedas comprar los medicamentos.

Sin importar lo que ocurra, no permitas que el dinero sea un obstáculo para recibir ayuda. Existen opciones asequibles de atención para la salud mental; tal vez necesites un poco de tiempo y esfuerzo para encontrarlas. ¡No te des por vencido! Los problemas de salud mental y de estrés no suelen desaparecer por sí solos.

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