¿Cuál de los dos es mejor para ti?

Cuando tengas la menstruación (también conocida como "la regla"), necesitarás utilizar algo que absorba la sangre de tu menstruación. Podrás elegir entre una compresa y un tampón. Si los has visto alguna vez en las repisas de las tiendas, sabrás que hay muchos tipos entre los que escoger. ¿Cómo puedes saber cuál es el más adecuado para ti?

Empecemos por explicar qué es exactamente cada uno de ellos.

Las compresas son rectángulos de material absorbente que se pegan dentro de la ropa interior femenina. Algunas llevan un material adicional a ambos (las llamadas "alas"), que se dobla entorno a los bordes de las braguitas para sujetar mejor la compresa y evitar posibles pérdidas.

Los tampones también absorben la sangre de la menstruación pero actúan desde el interior de la vagina. Los tampones también están fabricados de material absorbente, pero este material está enrollado de modo que adquiere una forma cilíndrica. La pregunta que se hacen todas las chicas es: ¿cómo me lo pongo? Algunos tampones disponen de aplicadores, que son unos tubitos de plástico o de cartón que ayudan a colocar el tampón en su sitio. Otros tampones se deben introducir en la vagina con los dedos.

Muchas chicas empiezan utilizando compresas pero prefieren cambiarse a los tampones cuando hacen deporte o cuando van a nadar. Para decidir cuál de los dos (compresa o tampón) es mejor para ti, es una buena idea que hables con tu madre u otra mujer de confianza.

¿Flujo menstrual escaso o abundante?

Se venden compresas de diferentes tamaños, para periodos de sangrado abundante y de sangrado escaso. También hay compresas provistas de desodorante, aunque pueden irritar la vagina. El mero hecho de cambiarse a menudo de compresa permite evitar cualquier olor.

Es posible que te preguntes cada cuánto tiempo te debes cambiar la compresa. Es algo que depende de la cantidad de sangre que pierdas en la menstruación, pero es una buena idea cambiarse de compresa por lo menos cada 3 o 4 horas, incluso aunque pierdas poca sangre. Evidentemente, si pierdes mucha sangre, deberás cambiarte la compresa más a menudo porque se te llenará más deprisa.

Cuando te quites la compresa, envuélvela en papel higiénico y tírala a la basura (si estás en el colegio o en otro baño público, utiliza un contendor especial para residuos que encontrarás en la mayoría de los servicios). Si tienes una mascota en casa, asegúrate bien de tirar la compresa en una basura a la que ella no pueda acceder. No se te ocurra tirar las compresas al inodoro. Son demasiado grandes y podrían taparlo, creando un buen lío. ¡Qué vergüenza! ¿Verdad?

Al igual que las compresas, hay tampones de diferentes tamaños, para períodos suaves y para períodos fuertes. Los tampones "Súper" suelen ser para flujos menstruales abundantes. Intenta utilizar el tampón menos absorbente que necesites, porque el hecho de utilizar un tampón demasiado absorbente te podría ocasionar problemas. Como ocurre con las compresas, también se venden tampones con desodorante, aunque pueden irritar la vagina. De nuevo, si se cambian con regularidad se pueden evitar los malos olores.

Los tampones también son fáciles de usar, aunque debes aprender a colocártelos. Si te atrae más llevar tampones que compresas, puedes aprender un poco sobre ellos antes de que te venga la primera menstruación. Las instrucciones que encontrarás dentro de la caja te explicarán cómo se deben colocar. Cuando lo pruebes por primera vez, lávate bien las manos, sigue las instrucciones atentamente y asegúrate de relajarte. Algunas chicas comprueban que utilizar un tampón estrecho y con aplicador (sobre todo con el extremo redondeado) facilita las cosas al principio. También ayuda mucho el hecho de probar el primer tampón un día de abundante flujo menstrual, ya que el tampón resbalará con más facilidad.

Los tampones no se pueden "perder" dentro del cuerpo

A muchas chicas les preocupa que el tampón se les pueda perder dentro del cuerpo. Por suerte, esto no puede ocurrir. La abertura del cuello uterino (ubicada en la parte superior de la vagina) es demasiado estrecha para que se pueda colar un tampón. Por lo tanto, un tampón no puede llegar a otras partes de tu cuerpo, como el estómago.

Los tampones suelen llevar un tira o hilillo en un extremo que se queda fuera del cuerpo de la chica y que se puede utilizar para extraer el tampón en cualquier momento. Si te cuesta encontrar el hilillo al principio, no te preocupes. Relájate y lo encontrarás. Si te sigue costando encontrarlo, pide ayuda a tu madre o a tu padre.

Es posible que te olvides de que ya llevas un tampón puesto y te vuelvas a introducir otro tampón en la vagina. Tampoco se podrán perder dentro de tu cuerpo. Si te ocurriera, sácatelos lo antes posible.

Un tampón se debe cambiar cada 4 a 6 horas o cuando esté lleno de sangre. Puesto que no puedes ver un tampón cuando lo llevas puesto, cosa que sí puedes hacer con una compresa, necesitarás acordarte cuando llegue el momento de cambiártelo; en caso contrario, mancharías la ropa interior y tendrías pérdidas. Estira con suavidad del hilillo unido al extremo del tampón, sácatelo, envuélvelo con papel higiénico y tíralo a la basura. Si tienes una mascota en casa, asegúrate bien de tirar el tampón en una basura a la que ella no pueda acceder. No tires tampones al inodoro; hasta los que se anuncian como que se pueden tirar al inodoro pueden crear problemas en algunos retretes.

Prevenir el síndrome de shock tóxico

Es muy importante que te cambies el tampón cada pocas horas, aunque estés perdiendo muy poca sangre. ¿Por qué? Porque llevar un tampón durante demasiado tiempo seguido, como un día entero o una noche entera, te expone a padecer una enfermedad rara pero muy peligrosa conocida como el "síndrome de shock tóxico". Por eso, es una buena idea utilizar el tampón menos absorbente que necesites. Es posible que te parezca raro porque crees que un tampón más absorbente sería mejor ya que no te lo tendrías que cambiar tan a menudo.

Pero, si llevaras puesto un tampón durante demasiado tiempo seguido, podrían crecer bacterias en él. Las chicas que utilizan tampones muy absorbentes se arriesgan todavía más a padecer este síndrome, sobre todo si los llevan puestos durante mucho tiempo seguido, ya que favorecen el crecimiento bacteriano. Las bacterias pueden crecer dentro del tampón, entrar en el cuerpo desde el interior de la vagina y luego invadir el torrente sanguíneo, liberando toxinas que pueden crear una enfermedad muy grave y que ocasionalmente puede ser de riesgo vital.

Los síntomas del síndrome de shock tóxico incluyen los siguientes: fiebre alta, vómitos o diarreas, fuertes dolores musculares, una sensación de extrema debilidad o de mareo y una erupción similar a una quemadura solar. Si en algún momento presentas estos síntomas mientras llevas puesto un tampón, extráetelo y cuéntaselo a un adulto de inmediato. Luego pídele que te lleve a un servicio de urgencias médicas lo antes posible.

De todos modos, ten presente que se trata de un problema muy infrecuente y que la mayoría de las mujeres nunca se ponen enfermas por llevar tampones. La decisión de llevar compresas o tampones es algo que depende de ti. A algunas chicas les gustan los tampones porque les permiten nadar sin problemas y son fáciles de guardar en un bolsillo o cartera. Otra ventaja de los tampones es que no se ven ni se notan porque están dentro del cuerpo de la chica, mientras que las compresas se pueden notar porque pueden provocar bultos en la ropa.

Otras chicas prefieren las compresas porque son fáciles de usar y es fácil saber cuándo se han de cambiar porque se ve cuándo están empapadas de sangre. Muchas chicas cambian entre ambos tipos: a veces utilizan tampones y a veces utilizan compresas, dependiendo de la situación, de dónde van a estar y de la intensidad de su flujo menstrual. Algunas utilizan compresas por la noche y tampones durante el día. Y algunas chicas que tienen períodos muy fuertes utilizan tampones junto con compresas o protectores para estar más protegidas contra posibles pérdidas. Si tienes alguna duda o alguna pregunta sobre el periodo, habla con tu médico.

Aunque aún no te haya venido la regla, es una buena idea que estés preparada llevando un par de compresas o de tampones encima por si acaso. Entonces, si hoy fuera el día, ¡estarías preparada!

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