La felicidad y el amor que su primer hijo trajo a su vida fueron inconmensurables, y ahora está esperando a otro hijo. Prepararse para su llegada puede ser tan gratificante y especial como la primera vez. Aunque ya ha pasado antes por un embarazo y un parto, ahora tiene algunas cosas distintas a tener en cuenta mientras espera la llegada de su segundo hijo. Ser consciente de los cambios que se avecinan y ayudar a su hijo mayor a entender qué puede esperar es la mejor forma de prepararse para ese feliz acontecimiento. ¿Qué cambiará? Traer al mundo a un segundo hijo y tener que cuidar de dos hijos a la vez puede ser difícil al principio. Su mejor apuesta consistirá en organizarse bien antes de que nazca el bebé, aunque puede ser todo un desafío. Estará mucho más ocupada y tendrá que hacer malabarismos con su horario. Es posible que se canse con más facilidad, incluso antes de que nazca el bebé, porque cuidar de un hijo estando embarazada consume mucha energía. Después del nacimiento de su segundo hijo, cuente con que las primeras seis a ocho semanas sean especialmente exigentes y agotadoras. Usted estará intentando que su hijo menor desarrolle un horario regular de alimentación y de sueño, al tiempo que atiende las necesidades de su hijo mayor. Un cambio positivo que traerá consigo el nacimiento de su segundo hijo será un incremento de la confianza que usted tendrá en sus habilidades, conocimientos y experiencia como madre. Tareas que le parecían muy complicadas cuando nació su primer hijo (como amamantarlo, cambiarle los pañales y cuidarlo cuando se ponía enfermo) ahora le saldrán casi de forma automática, en vez de vivirlas como verdaderas crisis. ¿Cómo me afectará? La llegada de un nuevo bebé a casa le afectará de muchas formas diferentes, tanto desde el punto de vista físico como desde el emocional. Desde el punto de vista físico, lo más probable es que se sienta dolorida y muy cansada después del parto, sobre todo si ha tenido un parto difícil o se ha sometido a una cesárea. Esto hará que alimentar a su bebé por la noche le resulte duro, sobre todo si opta por la lactancia materna. Pedir ayuda a una "doula de atención posparto" (una mujer cuya formación la capacita para cuidar de la madre y el bebé durante el par de semanas inmediatamente posteriores al parto) o a una "enfermera de bebés" (experta en recién nacidos) durante las horas de vigilia le permitirá recuperar el descanso y el sueño que tanto necesita. Desde el punto de vista emocional, no le sorprenda que le preocupe el proceso de formación del vínculo con su bebé. Tal vez le preocupe no sentir tanto amor por el recién llegado como el que siente por su hijo mayor. Lo hará; como suelen comentar tanto las madres como los padres, el amor paterno se duplica, de una u otra forma, cuando nace un segundo hijo. ¿Se siente un poco triste? La "tristeza posparto" puede asustar, pero usted no está sola. Hable con su médico sobre sus síntomas. Es importante distinguir entre la "tristeza posparto", que se suele superar en pocas semanas, y la depresión posparto, un trastorno grave que puede desembocar en problemas afectivos y de sueño si no se trata. Si empieza a sentirse muy deprimida o ansiosa o a pensar en hacerse daño a sí misma o en hacerle daño al bebé, pida ayuda a su médico de inmediato. Espere tener muy poco o nada de tiempo para sí misma durante los primeros meses posteriores al nacimiento de su segundo hijo. Las noches sin dormir y las tensiones de cada día le pueden superar, de modo que asegúrese de hacer del tiempo para sí misma una prioridad. Hasta pasar unas pocas horas fuera de casa y consigo misma le puede ayudar a estar más tranquila y relajada. Así mismo, usted y su pareja se darán cuenta de que apenas pasan tiempo los dos juntos a solas; por lo tanto, asegúrese de programar salidas con su pareja en cuanto se normalicen las cosas. Cómo ayudar a su hijo mayor a adaptarse a la nueva situación Su hijo mayor puede experimentar un amplio abanico de emociones, desde la ilusión hasta los celos, o incluso resentimiento para con el recién llegado. Los niños pequeños (de entre uno y tres años de edad), que todavía no pueden verbalizar sus sentimientos, pueden presentar conductas regresivas (propias de etapas previas), como volver a chuparse el dedo, empeñarse en usar el biberón, olvidarse de su recién adquirida capacidad para usar el váter y comunicarse utilizando el habla propia de los bebés para llamar la atención. Los hermanos mayores que ya hayan cumplido los tres años pueden expresar sus sentimientos poniendo a prueba la paciencia de sus padres, portándose mal, teniendo rabietas, o negándose a comer. Estos problemas suelen ser transitorios, y un poco de preparación puede ayudar al hermano mayor a adaptarse a la idea de dar la bienvenida a su hermano menor. Enfatice la importancia del papel del hermano mayor. Algunos consejos que puede probar: Permita que su hijo mayor elija los artículos para decorar la habitación de su hermanito. Esto será muy importante si los dos hermanos van a compartir habitación. Encuentre un regalo especial que su hijo mayor le quiera regalar al bebé, como un libro nuevo o un juguete nuevo o bien una fotografía suya que le haga ilusión colocar en la habitación del bebé. Considere también la posibilidad de regalar algo a su hijo mayor, como una silla especial para "niños mayores" donde él se pueda sentar mientras usted da el pecho o el biberón al bebé. También puede tener preparado un regalito del bebé para su hermano mayor. Resérvese un tiempo especial para estar a solas con su hijo mayor. Lo pueden dedicar a acercarse a la biblioteca, a ir a hacer las compras de alimentos o, sencillamente, a leerle unos cuantos cuentos de más a la hora de acostarlo. Su pareja, otro miembro de su familia o un amigo pueden colaborar encargándose del cuidado del bebé durante esos momentos. Léale cuentos a su hijo o represéntele historias que le ayuden a entender lo que está ocurriendo en su familia. Hay muchos libros para niños pequeños que van a tener un hermanito que pueden ser de gran ayuda. Pregunte en librerías o bibliotecas sobre títulos específicos. Hable con su hijo mayor sobre qué puede esperar cuando llegue a casa el bebé. Explíquele que un recién nacido llora, duerme y necesita que le cambien los pañales a menudo. Y asegúrele que, aunque el bebé necesitará mucha atención, seguirá habiendo mucho tiempo y mucho amor para él. Enfatice la importancia del papel de su hijo mayor en la familia, diciéndole que será el “hermano mayor” o la “hermana mayor” del bebé, y ayúdele a disfrutar de su nuevo rol. Piense en formas en que su hijo mayor pueda participar en el cuidado del bebé. Le puede traer un pañal o un babero cuando los necesite, ayudarle a escoger la ropita que llevará puesta el bebé o, incluso, ponerse a bailar delante de él cuando parezca estar inquieto. Tal vez su hijo mayor la podría acompañar a alguna de las visitas prenatales y presenciar una ecografía. Si va a dar a luz en un hospital, infórmese sobre la política de visitas relacionada con los niños para cuando nazca el bebé. La llegada de un nuevo bebé representa cambios importantes para el hermano mayor, de modo que es mejor que posponga la introducción de otros cambios en la vida de su hijo mayor. Este no es el mejor momento para empezar a enseñarle a usar el váter, para hacer la transición del biberón al vaso o para inscribirlo en una guardería o centro de preescolar, que supondrá que se separe de usted por primera vez. La coherencia y la consistencia facilitarán mucho el proceso de adaptación de su hijo mayor a la llegada del bebé. Los hermanos mayores desempeñan un papel muy especial en la vida de cualquier bebé, de modo que no deje a su hijo mayor al margen de la toma de decisiones. Con tanta atención centrada en el recién nacido, es fácil que su hijo mayor sienta que lo dejan de lado. Asegúrese de que su hijo no se siente ignorado animándole a participar en todos los preparativos. Consejos que le ayudarán a afrontar la llegada del bebé Para afrontar las responsabilidades añadidas de tener un segundo hijo, pruebe los siguientes consejos antes del “gran día”. Junte comidas fáciles y rápidas de preparar. Si le apetece cocinar antes de que nazca el bebé, haga el doble de comida y congélela. Cuando ya haya nacido el bebé, le resultará difícil encontrar energía para ponerse a cocinar. Tenga a mano los menús de algunos restaurantes que preparan comida para llevar, incluyendo unos pocos que repartan comida a domicilio. Considere la posibilidad de reorganizar el sistema de lavar la ropa, reservando un cesto para cada miembro de la familia o para cada niño a fin de que les resulte más fácil clasificar y doblar la ropa. La acumulación de ropa sucia suele ser la principal queja de los padres: parece triplicarse cuando llega un nuevo bebé, de modo que hay que organizarse. De ser posible, utilice artículos que ya tenga en casa (o que le presten sus parientes), en vez de tener que comprarlo todo nuevo. Siempre que cumplan los criterios de seguridad establecidos, los artículos “de segunda mano”, como cunas, moisés, coches de paseo, sillas, tronas y la ropita del bebé, pueden ayudarle a ahorrar tiempo y dinero. Guarde en el coche una bolsa llena de pañales y de todos los elementos necesarios para estar siempre bien preparado. Muchos padres guardan en el coche una bolsita de juguetes para el hermano mayor y una bolsa de pañales, toallitas limpiadoras, un cambio de ropa y una manta extra para el bebé. Tenga un libro o una cajita de juguetes a mano en su habitación, en el cuarto de estar e incluso en el lavabo o en el cuarto de la lavadora para ofrecérsela a su hijo mayor a fin de que se entretenga mientras usted alimenta al bebé, lo baña o realiza tareas domésticas. Pida a algún familiar que pase varios días en su casa tras el nacimiento del bebé, si a usted no le incomoda su presencia. Esa persona no solo lo hará encantada, sino que usted podrá disfrutar del descanso que tanto necesita. Si es posible, contrate un servicio de limpieza que se encargue de las tareas domésticas una vez por semana durante un par de meses tras el nacimiento del bebé. Infórmese en centros de servicios sociales o religiosos de su localidad sobre los recursos disponibles. Hay muchos programas y clases que ofrecen actividades y apoyo social para familias con hijo pequeños. No se olvide de atender sus propias necesidades. Mímese, incluso con algo tan sencillo como cortarse el cabello o darse un baño con velas y música, para relajarse tras un día agotador. Conceda a todo el mundo un poco de tiempo para acostumbrado a la "nueva realidad" de tener a un segundo hijo en casa. Entonces, podrán celebrar los muchos aspectos positivos de ser una familia más extensa. 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