M — móvil O — organiza tus cosas C — contiene tus libros y tu material escolar H — hábil para el transporte I — imprescindible para ir al colegio L — la llevas y ella lleva tus cosas A — adaptable ¿Qué palabra se formó? ¡Mochila! Las mochilas facilitan el trasporte de todo lo que necesitas para ir al colegio. Llevar encima tantos libros, papeles, cuadernos, carpetas, junto a todo el material escolar que necesitas sin que se te caiga sería bastante complicado sin una mochila. Además, todos sus bolsillitos con cremallera y todos sus compartimientos te pueden ayudar a mantener las cosas en orden. Pero las mochilas también pueden ser una verdadera molestia. He aquí el porqué. Pueden provocar lesiones si los niños se tropiezan con ellas o si golpean a alguien con una, sea de forma involuntaria o a propósito. Pesan, de modo que te pueden hacer mucho daño si te caen encima. Y las más pesadas también pueden provocar distensiones en el cuello y problemas en la espalda. Teniendo en cuenta que las mochilas son una realidad en la vida de cualquier niño, hablemos sobre su seguridad. Dos reglas a recordar He aquí dos reglas importantes sobre las mochilas: ¡Vigila tu mochila! Al igual que las mascotas desobedientes, a veces las mochilas se te pueden escapar, de modo que no pierdas de vista a la tuya. Mantenla fuera de los lugares de paso, como los pasillos, la parte central del autobús y el espacio comprendido entre los pupitres en el aula. También es conveniente que tengas cuidado con las mochilas que guardas en el estante superior de tu casillero, porque se podrían caer. Cuidado con tu punto ciego. Antes de quitarte o de ponerte una mochila, mira a tu alrededor y hacia atrás. Eso es lo que hacen tus padres cuando dan marcha atrás con el coche antes de salir de un aparcamiento. No querrás golpear a nadie con tu mochila. Y, por supuesto, no intentes golpear a nadie con ella. Al estar llena de libros, sería como golpear a alguien con una bolsa llena de ladrillos. Trata bien tu espalda, tu cuello y tus hombros A veces, las mochilas ocasionan dolores de espalda, de cuello y/o de hombros en los niños. Para evitarlo, sigue estas reglas: Utiliza las dos tiras de los hombros para distribuir el peso de forma uniforme. Colgarte la mochila solamente de un hombro puede hacer que te inclines hacia un lado. Ajústate bien ambas tiras, para que no te vayan demasiado anchas. Mantente bien derecho mientras lleves puesta la mochila. Si la mochila hace que te encorves hacia delante o que te inclines hacia un lado, tal vez estás llevando un peso excesivo o no estás utilizando las dos tiras de los hombros. Limita el peso. Lleva la menor cantidad posible de libros. Si puedes dejar varios en casa, déjalos. Los médicos recomiendan no cargar en la mochila más del 10% al 20% del peso corporal de quien la lleva. Por ejemplo, si pesas 36 kilos (80 libras), tu mochila no debe pesar más de 3 a 7 kilos (8 a 16 libras). Dale un descanso a tu mochila. Cuando puedas, deja la mochila en tu casillero y lleva solo lo que necesites. Habla con tu madre o tu padre si tienes problemas para ponerte o quitarte la mochila. Asimismo, infórmales si tienes cualquier dolor, molestia, hormigueo o adormecimiento (falta de sensibilidad) en la espalda o en los brazos. Consejos para comprar una mochila nueva Tener un tipo adecuado de mochila puede prevenir muchos problemas. Por eso, si ha llegado el momento de comprarte una mochila nueva, ten en cuenta estos consejos: Elige una mochila ligera, para no añadir todavía más peso a lo que pesan tus libros y demás material escolar. Prueba con una mochila con ruedas. (Antes, pregunta si están permitidas en tu escuela. Debido a que se deslizan sobre el suelo, pueden provocar tropiezos. Y podrían no caber en tu casillero). Si optas por una mochila ordinaria, elige una que tenga la espalda acolchada y unas tiras anchas y acolchadas que no se hundan en los hombros. Busca una mochila con muchos compartimientos internos para poder distribuir el peso de forma más uniforme. Busca una mochila que disponga de correas de compresión ajustables a ambos lados. Podrás apretar esas correas para que los libros y demás material queden más estables dentro de la mochila y más cerca de tu espalda. La correa de la cintura y la del pecho pueden ayudar a distribuir mejor el peso y a liberar la presión que se ejerce sobre la espalda. Ahora ya sabes cómo trasportar tus libros de una forma segura. ¡Feliz uso de tu mochila! Back to Articles Related Articles Cambiar a una escuela intermedia ¿Es bueno estar en el medio? A veces no lo es, como cuando te sientas en el asiento central (o del medio) en un viaje largo en coche. Pero a veces sí que lo es, como cuando estás a mitad de una película estupenda. ¿Qué pasará a continuación? 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