Story by: Norton Children’s on April 29, 2022
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Comprender las diferencias entre el oído del nadador y las infecciones del oído y cómo reconocerlas puede ser difícil. El dolor de oído y las infecciones son comunes y una serie de razones pueden ser la causa. A continuación, le indicamos cómo tratarlos.
Hay dos tipos principales de infecciones del oído: otitis media aguda (una infección del oído medio) y otitis externa (oído de nadador). Una infección del oído medio ocurre detrás del tímpano, mientras que el oído del nadador ocurre en el canal auditivo. Diferentes organismos causan estas infecciones.
“Las infecciones del oído medio son más comunes en los niños más pequeños y con mayor frecuencia son causadas por virus (como resfriados), así como por el Streptococcus pneumoniae, Haemophilus Influenzae o Moraxella catarrhalis”, dice April Mattingly, MD, pediatra de Norton Children’s Medical Group – Crestwood.
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Los síntomas generalmente comienzan como un resfriado común, tos, secreción nasal y congestión, luego pueden progresar a:
La fiebre o el dolor intenso en niños menores de 2 años pueden requerir una visita al pediatra al día siguiente. Los niños mayores o aquellos con síntomas leves pueden ser observados durante 24 a 48 horas antes de que sea necesaria una visita al consultorio.
“El oído del nadador es causado con mayor frecuencia por gérmenes conocidos como pseudomonas, que se encuentran en piscinas y jacuzzis”, según la Dra. Mattingly. Estas son las mismas bacterias que suelen estar asociadas con una erupción cutánea conocida como “foliculitis de la bañera de hidromasaje”, que puede aparecer después de estar en una bañera de hidromasaje. El oído del nadador también puede ser causado por algunas cepas de Staphylococcus que generalmente viven en la piel.
“Mantener los oídos secos puede ayudar a prevenir el oído del nadador”, dice la Dra. Mattingly. “Use tapones para los oídos mientras nada o gotas de venta libre después de nadar”.
Si el tratamiento no está disponible de inmediato para el oído del nadador, no hay de qué preocuparse. Los padres pueden tratar de manera segura el dolor y los síntomas hasta que puedan buscar tratamiento médico. Sin embargo, en casos extremos, puede conducir a infecciones secundarias, como celulitis y daño óseo o del cartílago.
Con ambas infecciones la perforación del tímpano es un riesgo, por lo que debe buscar tratamiento. Además, la presencia persistente de líquido en el oído tiene el potencial de afectar la audición y el habla en los niños.