Probablemente pasas aproximadamente seis horas o más al día en tu centro de estudios, más de un tercio de tu horario de vigilia. Si tienes diabetes, lo más probable es que necesites medirte la concentración de azúcar en sangre o ponerte alguna inyección de insulina durante ese período. Entonces, ¿cómo afrontas el hecho de tener diabetes en tu centro de estudios?

Hablar con los profesores y el personal de tu centro de estudios sobre la diabetes

Tal vez te acabes de enterar de que padeces diabetes. O quizás llevas cierto tiempo conviviendo con la enfermedad pero te acabas de cambiar de centro de estudios. El primer paso consiste en informar al personal del centro de que padeces esa afección.

Concierta una reunión en el despacho del director del centro. Tu madre o padre deberían estar presentes, y tal vez te interese proponer que asista el enfermero de la escuela.

Facilita una copia de tu plan de control de la diabetes a la enfermera de la escuela, tu tutor y el director. Este plan indica lo que necesitarás hacer durante el día, como controlar la concentración de azúcar en sangre, ponerte inyecciones o tomar el almuerzo o algún tentempié a determinada hora. Tu plan de control de la diabetes también contiene información para contactar a tu médico y tu quipo de diabetología; así el personal de tu centro de estudios podrá contactar con ellos en caso de que te encontraras francamente mal.

Algunos centros de enseñanza colaboran con sus alumnos diabéticos para elaborar un plan especial de control de la diabetes en el centro. Esto implica, por ejemplo, dejarte tomar el almuerzo un poco antes o permitir que la enfermera te ayude con las inyecciones de insulina en caso de que lo necesites.

Informa a tus profesores. Cuando tus profesores sepan qué necesitas hacer, podrán organizar mejor el tiempo para que puedas hacerlo, como medirte la concentración de azúcar en sangre o inyectarte insulina. Algunos profesores no permiten a sus alumnos comer en clase, por lo cual es importante que tus profesores sepan lo que te ocurre.

Ve a hablar con tus profesores antes o después de clase sobre lo que es posible que necesites hacer. Si los profesores saben que padeces diabetes, podrán estar pendientes de los síntomas indicativos de problemas y podrían solicitar ayuda médica en caso necesario.

Pero los profesores son personas ocupadas. Es posible que debas recordarles de tanto en tanto qué necesitas hacer para controlarte la diabetes. Si tienes un profesor sustituto, hazle saber que padeces diabetes y que es posible que necesites hacer cosas como ir al lavabo o picar un tentempié.

Si te sientes incómodo hablando con los profesores o el personal de tu centro de estudios sobre tu diabetes, anótalo en un escrito o haz una carta explicándoles qué necesitas hacer para controlar la diabetes.

Ve a conocer al enfermero del centro. En muchos centros de enseñanza, los alumnos con diabetes necesitan guardar las medicinas para la diabetes o medirse la concentración de azúcar en sangre en la enfermería. La mayoría de centros no permiten que los alumnos lleven agujas ni medicamentos encima. Pero esto no debería preocuparte. Incluso en una situación de emergencia, el tiempo adicional necesario para llegar a la enfermería no supondría ningún problema.

Cuidarte la diabetes en tu centro de estudios

Guarda una reserva de medicamentos, glucómetros (equipos para medir la concentración de azúcar en sangre) y otras provisiones en tu centro de estudios. Necesitarás el mismo tipo de equipos y provisiones que utilizas en casa. Probablemente deberás guardarlos en la enfermería, pero es posible que en tu centro de estudios prefieran que los guardes en otro sitio. Pregunta al director del centro cuáles son las reglas del centro al respecto.

Lleva siempre encima una copia de tu plan de control de la diabetes. Aunque tu centro de estudios ya disponga de una copia, es una buena idea llevar o dejar otra copia de tu plan en tu cartera, mochilla, armario casillero o coche (en el caso de lleves uno). Si empiezas a tener cualquier problema relacionado con la diabetes o a presentar síntomas de hipoglucemia o hiperglucemia en tu centro de estudios, haz lo que te indique el plan de control de la diabetes. Eso puede ser tomarte un tentempié, medirte la concentración de azúcar en sangre o dirigirte a la enfermería del centro, siguiendo siempre las indicaciones de tu plan.

Prepárate para afrontar diferentes situaciones. ¿Y si resulta que la enfermera no se encuentra en la enfermería? ¿Hay alguien más a quién podrías acudir? ¿A quién llamarás si ocurre algo inesperado, a tu médico o a uno de tus padres? ¿Qué tipo de problemas pueden esperar a que acabes las clases y cuáles deberían tratarse inmediatamente?

Pregunta a tu médico qué necesitas saber sobre cómo controlar la diabetes en tu centro de estudios y cómo afrontar las situaciones especiales. Anota qué deberías hacer y a quién deberías acudir y guarda esa información junto con tu plan de control de la diabetes. Saber exactamente qué hacer te ayudará desarrollar confianza a la hora enfrentar a complicaciones cuando ocurren en la escuela.

Hablar con tus amigos y compañeros de clase sobre la diabetes

Explicarles a tus amigos y compañeros que tienes diabetes es algo que depende solamente de ti. Si lo saben, no tendrás que preocuparte tanto por lo que pensarán los demás cuando te vean hacer cosas como marcharte de la clase y dirigirte a la enfermería para medirte el nivel de azúcar en sangre.

Pero ¿qué pasa si se meten contigo? Hay niños que se meten con cualquiera que parezca un poco distinto de los demás. Si te ocurre a ti, no estás solo en absoluto: aproximadamente uno de cada tres niños y adolescentes que padecen problemas como la diabetes han tenido problemas de acoso escolar.

¿Qué puedes hacer cuando otros chicos se meten contigo? Pide ayuda a tus amigos para recodar a la gente que la diabetes no tiene tanta importancia. Ignorar al acosador también es una buena estrategia. Los acosadores triunfan por las reacciones que provocan en los demás y, si te limitas a no hacer caso a tu acosador, le estarás diciendo que sencillamente no te importa. Antes o después, el acosador se acabará aburriendo de intentar importunarte.

También puede ayudarte el hecho de hablar con un orientador de tu centro de estudios, un profesor, un amigo o cualquiera que pueda ofrecerte el apoyo que necesitas. Hablar con otras personas puede ser una buena forma de expresar los miedos y frustraciones que se te pueden acumular si recibes acoso escolar.

Pero, independientemente de lo que ocurra, no intentes ocultar tu afección, saltándote tratamientos o ingiriendo alimentos que no están incluidos en tu plan de alimentación. Así solo conseguirás sentirte peor y también correrás el riesgo de encontrarte francamente mal en tu centro de estudios debido a una diabetes mal controlada.

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