Si tienes diabetes, tomar medicamentos es algo esencial para tu salud ya que te permiten mantener las concentraciones de azúcar en sangre bajo control. Tener el azúcar en sangre fuera de control puede hacerte sentir mal y dañar tu cuerpo a través de los años.

Sea que tengas diabetes tipo 1 o tipo 2, es importante saber qué medicamento debes tomar, cuándo lo debes tomar y en qué cantidades.

¿Qué es la insulina?

La insulina es una hormona que le permite al azúcar o a la glucosa, entrar en las células del cuerpo para que se usen como fuente de energía. Todas las personas con diabetes tipo 1, y muchas con diabetes tipo 2, necesitan tomar insulina todos los días.

El objetivo general del tratamiento con insulina (y otros medicamentos para la diabetes) es darle a la persona con diabetes la cantidad de insulina más cercana posible a la que esa persona necesita a lo largo del día. Al hacer esto, las concentraciones de azúcar en sangre pueden mantenerse a niveles cercanos a los normales y de esta manera evitar problemas a corto y largo plazo.

El tipo de insulina y la cantidad que debes usar dependen del plan de control de la diabetes que tengas. Algunas personas con diabetes deben inyectarse insulina dos veces al día. Otros niños necesitarán varias inyecciones diarias o una bomba de insulina para mantener el nivel de azúcar en sangre bajo control. Tu médico te ayudará a decidir qué es lo mejor para ti.

Existen varios tipos de insulina. La diferencia entre ellas se debe a:

  • el tiempo que llevan surtir efecto
  • en qué momento tienen más efecto para reducir el nivel de azúcar en sangre
  • cuánto dura el efecto

A continuación, podrás encontrar una lista de los distintos tipos de insulina y qué efecto surten después de tomarlos. El momento en el cual comenzará a surtir efecto la insulina, cuándo tendrá su mayor efecto y cuánto durará el efecto son diferentes de una persona a otra y de un día al otro ya que el cuerpo cambia la manera de manipular y responder a la insulina. Después de un tiempo, sabrás de qué manera la insulina funciona en tu cuerpo.

Insulina de acción rápida

Cuándo comienza a surtir efecto: 10–15 minutos
Cuándo surte el mayor efecto: 30–90 minutos
Cuánto dura el efecto: 4 horas
Cómo funciona: Este tipo de insulina se utiliza para ayudar a tu cuerpo a procesar la glucosa que absorbes al comer un alimento. Para obtener mejores resultados, hay que tomarla inmediatamente antes o varios minutos antes de las comidas. Tiene un aspecto transparente y se puede mezclar en la misma jeringa con insulina de acción intermedia.

Insulina de corta duración

Cuándo comienza a surtir efecto: 30–60 minutos
Cuándo surte el mayor efecto: 2–4 horas
Cuánto dura el efecto: 6–9 horas
Cómo funciona: Se utiliza para ayudar al cuerpo a procesar la glucosa que absorbes al comer, pero dura más que la insulina de acción rápida. Tómala unos 30 minutos antes de comer. Tiene un aspecto transparente y se puede mezclar en la misma jeringa con insulina de acción intermedia.

Insulina de acción intermedia

Cuándo comienza a surtir efecto: 1–4 horas
Cuándo surte el mayor efecto: 3–14 horas
Cuánto dura el efecto: 10–24 horas
Cómo funciona: Controla la glucosa entre comidas y durante la noche. Tiene un aspecto turbio y se puede mezclar en la misma jeringa con insulina de acción rápida y de corta duración.

Insulina de acción prolongada

Cuándo comienza a surtir efecto: 1–2 horas
Cuándo surte el mayor efecto: No tiene un momento de mayor efecto
Cuánto dura el efecto: 18–24 horas
Cómo funciona: Controla la glucosa entre comidas y durante la noche. Tiene un aspecto transparente o turbio y no se puede mezclar en la misma jeringa con otras insulinas.

La cantidad y el momento correcto

No puedes interrumpir el efecto de la insulina una vez que te la inyectas. Surtirá efecto sin importar lo que hagas. Por lo tanto, es importante darte la cantidad adecuada de medicamento en el momento adecuado. Por ejemplo, si sabes que vas a comer más tarde de lo habitual porque vas a comer afuera, no te inyectes la insulina; come un bocadillo a la hora que generalmente cenas/almuerzas e inyéctate la insulina más tarde.

Respetar el plan de alimentación todos los días y hacer ejercicio físico de forma regular, además de tomar tus medicamentos, te ayudará a mantener las concentraciones de azúcar en sangre bajo control y a saber cuánta insulina debes tomar. Si en algún momento no sabes cuánta insulina te debes inyectar porque has hecho ejercicio o por lo que has comido, pregúntale a uno de tus padres o al equipo de atención médica que lleva tu diabetes.

Si bien es posible que estés haciendo todo lo correcto, a veces es difícil controlar la concentración de azúcar en sangre. En las personas con diabetes, habrá momentos en los que la cantidad de insulina administrada será demasiada o muy poca con respecto a lo que el cuerpo necesita y las concentraciones de azúcar en sangre muy elevadas o muy bajas.

Un problema muy común entre la gente que se inyecta insulina es tener una concentración de azúcar en sangre baja, o "hipoglucemia". Puede suceder en cualquier momento, pero es más probable cuando una persona come menos y hace más ejercicio de lo habitual. La hipoglucemia ocurre con más frecuencia en las primeras semanas o meses posteriores al diagnóstico de la diabetes tipo 1.

Si tienes la concentración de azúcar en sangre muy baja con regularidad, puede significar que la dosis de insulina o el plan de alimentación tengan que modificase. Si esto sucede, ponte en contacto con el equipo médico que lleva tu diabetes. Ellos te ayudarán a desarrollar un plan de acción que te hará más fácil mantener las concentraciones de azúcar en sangre a un nivel lo más normal posible.

Consejos para el uso de insulina

Si la insulina se tomara por boca, los ácidos y los jugos digestivos en el estómago y los intestinos la destruirían antes de que pudieran surtir efecto. La única manera de administrar insulina en este momento es por medio de una inyección usando una aguja o una bomba de insulina.

Antes de aplicarte la inyección de insulina, siempre lee la etiqueta de la ampolla para comprobar que estás usando el tipo de insulina adecuada y que la fecha de vencimiento no haya caducado. Además, debes comprobar el interior de la ampolla para asegurarte de que la insulina está en buenas condiciones. Por ejemplo, la insulina no debe tener partículas o cristales flotando. Si tienes alguna duda sobre el estado de la insulina, pregúntale a uno de tus padres o al médico.

Aquí te damos algunas pautas para almacenar las ampollas de insulina (lee las instrucciones del fabricante para las insulinas en forma de lápiz).

  • Mantén las ampollas que no se hayan abierto en el refrigerador. Descarta la insulina que se haya congelado o cuya fecha de vencimiento haya caducado.
  • Las ampollas que estén abiertas se pueden almacenar en el refrigerador o mantenerse a temperatura ambiente.
  • No dejes las ampollas de insulina debajo del rayo del sol o en un automóvil caliente en un día soleado o caluroso ya que pueden recalentarse. Si vas a viajar o a estar al aire libre, almacena la insulina de la misma manera que guardarías comida perecedera (pero no la congeles).
  • Dependiendo del tipo de insulina, las ampollas deben descartarse entre 4 y 6 semanas después de haberse abierto (lee las instrucciones del fabricante) sea que hayan estado en el refrigerador o no.
  • Nunca utilices insulina cuya fecha de vencimiento haya caducado.

Píldoras para la diabetes

Muchas personas con diabetes tipo 2 toman píldoras para la diabetes, además de comer sano y hacer ejercicio físico, para mantener las concentraciones de azúcar en sangre a niveles saludables. A veces, los médicos llaman a estas píldoras "medicamentos orales" ya que se ponen en la boca y se tragan.

Las personas con diabetes tipo 2 tienen dificultades usando la insulina que su cuerpo fabrica. Por lo tanto, las píldoras para la diabetes los ayudan a usar la insulina de una manera más efectiva. (En algunos casos, también tienen que inyectarse insulina.) Otros tipos de píldoras pueden ayudar al cuerpo de los diabéticos a fabricar más de su propia insulina. Las píldoras para la diabetes ayudan a reducir la cantidad de glucosa que se acumula en la sangre entre las comidas y durante la noche. También pueden ayudar a las personas con diabetes tipo 2 a perder peso y mejorar los niveles de colesterol y triglicéridos.

Las píldoras para la diabetes también pueden ayudar a mantener las concentraciones de azúcar en sangre bajo control, pero a veces pueden causar efectos secundarios, como un gusto extraño en la boca, náuseas, vómitos y diarrea. Por lo general, estos síntomas desaparecen solos o mejoran después de tomar la píldora para la diabetes por unas semanas.

Es posible que tu médico te diga que no tomes las píldoras para la diabetes cuando te encuentres enfermo o tengas algo como la gripe. Beber alcohol mientras tomas píldoras para la diabetes puede enfermar a las personas. Por lo tanto, es importante que no bebas alcohol cuando tomas estos medicamentos.

Si tienes problemas o te sientes mal después de tomar las píldoras para la diabetes, habla con tu médico o con el equipo de atención de la diabetes.

Glucagón

Tanto la insulina como otros medicamentos para la diabetes evitan que las concentraciones de azúcar en sangre sean muy elevadas o muy bajas. Pero a veces las personas con diabetes tienen concentraciones de azúcar en sangre muy bajas, o hipoglucemia, que pueden hacerlos sentir confundidos, tener convulsiones o desmayarse si no se tratan de inmediato.

Una persona con concentraciones muy bajas de azúcar en sangre probablemente necesite una inyección de glucagón. El glucagón es una hormona que ayuda a elevar la concentración de azúcar en sangre rápidamente (en aproximadamente unos 10 a 15 minutos).

Los adultos que son parte de tu vida, como tus padres, maestros y entrenadores, deben saber cómo y cuándo deben darte una inyección de glucagón (tu deberías saber hacerlo también). También deberán saber cuándo llamar al 911 en caso de una emergencia relacionada con tu diabetes. Además, siempre deberías llevar puesto un brazalete de identificación médica. De esta manera, en caso de emergencia, el personal de atención médica o cualquier otra persona que no te conozca, sabrá que tienes diabetes.

Entender cómo, cuánto y qué medicamentos tomar, y cuándo pedir ayuda puede hacer más fácil el control de tu diabetes. Si tienes preguntas relacionadas con los medicamentos para la diabetes, habla con tu médico o el equipo que trata tu diabetes.

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