Por fin, su bebé ya está aquí y usted está emocionada, pero también se siente agotada, dolorida, dominada por un torbellino de emociones y preguntándose si alguna vez podrá volver a ponerse sus pantalones. Las clases de preparación para el parto le ayudaron a prepararse para dar a luz, ¡pero no para todo lo que venía después!

Qué cambios puede esperar en su cuerpo

Tras la llegada del bebé, usted percibirá algunos cambios, tanto físicos como emocionales.

Desde el punto de vista físico, es posible que experimente:

  • Pechos sensibles y dolorosos al tacto. Cuando le suba la leche, es posible que tenga los pechos tan congestionados que le duelan durante varios días seguidos, y es posible que también le molesten o le duelan los pezones. 
  • Estreñimiento. Después de dar a luz, es posible que tarde varios días en ir de vientre y que unas hemorroides sensibles, la cicatriz de la episiotomía y/o los músculos perineales doloridos hagan que la defecación le resulte dolorosa. 
  • Episiotomía. Si se le desgarró el perineo (el área de piel comprendida entre la vagina y el ano) o bien se lo cortó el médico durante el parto, los puntos pueden hacer que le resulta doloroso caminar o sentarse hasta que cicatricen. Los puntos también le pueden doler al toser o estornudar durante el proceso de curación.  
  • Hemorroides. Aunque ocurren con frecuencia, las hemorroides (vasos sanguíneos hinchados en el recto, o ano) no se suelen esperar durante el posparto. 
  • Sofocos y escalofríos. La adaptación de su cuerpo a las nuevas concentraciones hormonales y a los nuevos niveles de flujo sanguíneo puede causar estragos en su termostato interno. 
  • Incontinencia urinaria y/o fecal. La distensión de los músculos durante el parto puede hacer que se le escape un poco de orina (o pis) al toser, reír o hacer esfuerzos, así como dificultar el control de la defecación, sobre todo si tuvo un parto vaginal largo. 
  • Entuertos. Después de dar a luz, su útero se seguirá contrayendo durante unos pocos días. Notará más las contracciones mientras amamante al bebé o si toma medicamentos para reducir el sangrado vaginal.  
  • Flujo vaginal (loquios). Inicialmente más abundante que la menstruación y a menudo con presencia de coágulos de sangre, el flujo vaginal se irá haciendo cada vez más claro, alcanzando un color de blanco o amarillento hasta desaparecer por completo al cabo de varias semanas. 
  • Peso. Después de dar a luz, probablemente pesará unas 12 a 13 libras (entre 5 y 6 Kg) (el peso del bebé, la placenta y el líquido amniótico) menos de lo que pesaba al final del embarazo. Su peso adicional en agua irá descendiendo durante la primera semana a medida que su cuerpo vaya recuperando su equilibrio.

Qué puede esperar desde el punto de vista emocional

Desde el punto de vista emocional, es posible que experimente:

  • La tristeza posparto. Muchas madres experimentan irritabilidad, tristeza, llanto o ansiedad durante los primeros días que siguen al parto. La tristeza posparto es muy frecuente y puede estar relacionada tanto con los cambios corporales (incluyendo los cambios hormonales, el agotamiento y las experiencias de parto inesperadas) como con la transición emocional que acompaña al cambio al rol de madre y la necesidad de adaptarse al bebé. La tristeza posparto suele desaparecer en un plazo de 1 a 2 semanas.
  • La depresión posparto (DPP). Más grave y de mayor duración que la tristeza posparto, esta afección afecta a entre el 10% y el 15% de las madres y puede cursar con cambios en el estado de ánimo, ansiedad, sentimientos de culpa y tristeza persistente. La depresión posparto se puede diagnosticar hasta un año después del nacimiento del bebé y es más frecuente en las mujeres con antecedentes  personales y/o familiares de depresión y que están expuestas a múltiples factores estresantes. 

Además, en lo que se refiere a las relaciones íntimas, usted y su pareja se pueden encontrar en situaciones completamente diferentes. Aunque es posible que su pareja desee reanudar su vida sexual cuanto antes, tal vez usted no se sienta preparada ni recuperada, física ni emocionalmente, para mantener relaciones sexuales y lo único que le apetezca hacer por la noche sea descansar. Los médicos suelen recomendar a las mujeres que han dado a luz que esperen varias semanas antes de mantener relaciones sexuales para que se recuperen. 

El proceso de recuperación

A su cuerpo le costó varios meses prepararse para dar a luz, y también necesitará un tiempo para recuperarse. Si le han practicado una cesárea, la recuperación será todavía más lenta, porque una operación requiere más tiempo de curación. Si no lo tenía previsto, es posible que este cambio también le active cuestiones emocionales.

En los partos por cesárea, el dolor alcanza su mayor intensidad durante los primeros días que siguen a la operación y luego debe ir disminuyendo de forma gradual. El médico le indicará qué precauciones debe adoptar después de la operación y le dará instrucciones sobre cómo bañarse y cuándo podrá empezar a hacer ejercicios suaves a fin de acelerar el proceso de recuperación y evitar el estreñimiento. 

Cosas a tener en cuenta:

  • Beba de ocho a diez vasos de agua al día. 
  • Es normal tener pérdidas vaginales. 
  • Evite las escaleras y levantar peso hasta que su médico le dé el visto bueno.  
  • No se bañe ni nade hasta que su médico le dé el visto bueno. 
  • No conduzca hasta que su médico le dé el visto bueno. Espere hasta que pueda hacer movimientos rápidos y ponerse el cinturón de seguridad sin que le cause molestias.
  • Si la herida de la cesárea se le pone roja o se le hincha, llame al médico.

Control de la natalidad

Usted se puede volver a quedar embarazada antes de tener su primer período menstrual después del parto. Aunque esto sea menos probable si usted está alimentando a su bebé exclusivamente con leche materna (de día y de noche, sin darle ningún biberón ni ningún alimento sólido, por lo menos ocho veces al día y sin que pasen más de 4 horas entre tomas por el día y de 6 horas por la noche), todavía no ha tenido la menstruación después del parto y su bebé tiene menos de 6 meses, sigue siendo posible.

Si quiere protegerse contra un posible embarazo, comente las distintas opciones con su médico. Estas incluyen los métodos anticonceptivos de barrera (condones o diafragmas), el DIU (dispositivo intrauterino), o los anovulatorios, sea en forma de comprimidos, de parches, de dispositivos implantables o de inyecciones. 

Lactancia materna

Usted necesita dormir mucho, beber abundantes líquidos y alimentarse bien, sobre todo si está amantando a su bebé. Una forma sencilla de asegurarse de que bebe lo suficiente cosiste en tomarse un vaso de agua cada vez que amamante al bebé. Por lo menos hasta que su producción de leche esté bien establecida, evite la cafeína, que provoca pérdida de fluidos a través de la orina y a veces hace que los bebés estén inquietos y demasiado alertas.

Si tiene algún problema relacionado con la lactancia, hable con su médico, comadrona o especialista en lactancia. El especialista en lactancia del hospital o de la clínica donde haya dado a luz le puede ayudar a resolver cualquier problema de lactancia. Si se le congestionan los pechos debido a la obstrucción de los conductos mamarios, puede aliviar el dolor haciéndose masajes en los senos, amamantando al bebé con frecuencia y después de darse una ducha caliente y aplicándose compresas húmedas y tibias varias veces al día.

Si tiene fiebre o escalofríos y/o el pecho le duele y se le pone rojo, es posible que haya desarrollado una infección en las mamas (mastitis) y necesite tomar antibióticos. Llame a su médico si le ocurriera. De todos modos, siga amantando al bebé o vaciándose ambas mamas con una bomba de extracción de leche y beba abundante líquido.

Congestión mamaria

La congestión mamaria mejorará una vez establezca un patrón regular de lactancia o, en el caso de que usted decida no dar el pecho a su bebé, cuando su cuerpo deje de fabricar leche, generalmente al cabo de pocos días. 

Cuidado de la episiotomía

Siga haciendo baños de asiento (sentándose en la bañera de modo que el agua le cubra los glúteos hasta las caderas) utilizando agua fresca durante los primeros días y, más adelante, agua tibia. Apriete las nalgas entre sí cuando se siente para que no le tiren los puntos de la herida. Sentarse sobre un cojín puede resultarle más cómodo que hacerlo sobre una superficie dura.

Utilice una botellita que permita echar chorros para lavarse el área genital con agua cada vez que utilice el inodoro; séquese el área con cuidado. Cuando haga de vientre, límpiese siempre de delante hacia atrás para evitar las infecciones. Reduzca la inflamación de la zona aplicándose bolsas de hielo o compresas frías de hamamelis. Los espráis de anestesia local también pueden ayudar.

Hable con su médico sobre la posibilidad de tomar algún medicamento antiinflamatorio, como el ibuprofeno, para aliviar el dolor y reducir la inflamación. 

Ejercicio físico

Vuelva a hacer ejercicio en cuanto reciba el visto bueno de su médico para recuperar la fuerza y la figura que tenía antes del embarazo, aumentar su nivel de energía y la sensación de bienestar, así como para reducir el estreñimiento. Empiece despacio y vaya aumentando la intensidad de forma gradual.  Caminar y nadar son dos opciones excelentes. 

Hemorroides y estreñimiento

Alternar los baños de asiento tibios con compresas frías puede ayudar a mejorar las hemorroides. También puede ayudar el hecho de sentarse en un cojín inflable.

Pregunte a su médico sobre el uso de un ablandador de heces. No utilice laxantes, supositorios ni enemas sin el visto bueno de su médico. Aumente el consumo de líquidos, así como de frutas y verduras ricas en fibra. Cuando su médico le dé el visto bueno, el ejercicio físico puede ayudarle mucho a superar el estreñimiento y las hemorroides.

Relaciones sexuales

Su cuerpo necesita tiempo para recuperarse. Los médicos suelen recomendar esperar de 4 a 6 semanas antes de reiniciar las relaciones sexuales a fin de reducir el riesgo de infección, el aumento del sangrado o la abertura de heridas en proceso de cicatrización.

Empiecen despacio, con besos, abrazos, caricias y otras actividades íntimas.  Lo más probable es que note una reducción de la lubricación vaginal (provocada por los cambio hormonales y que suele ser temporal), en cuyo caso, podrá utilizar un lubricante a base de agua. Trate de buscar aquellas posturas que le resulten más cómodas y en las que se ejerza menos presión sobre las áreas doloridas. Hable con su pareja si experimenta dolor o si teme experimentarlo durante las relaciones sexuales; hablar sobre ello puede ayudarles a ambos a estar menos tensos y a sentirse más seguros sobre la reanudación de la vida sexual. 

Incontinencia

La incontinencia urinaria y fecal se suele resolver de forma gradual a medida que el cuerpo vuelve a recuperar la forma previa al embarazo. Usted puede contribuir a este proceso haciendo unos ejercicios que permiten fortalecer los músculos del suelo pélvico, conocidos como "ejercicios Kegel". Para identificar esos músculos, simule que está intentando dejar de orinar. Mantenga esos músculos contraídos durante unos segundos y luego relájelos (su médico la puede supervisar para asegurarse de que hace correctamente los ejercicios). 

Si sufre de incontinencia, lleve una compresa para protegerse de las pérdidas e informe a su médico. 

Qué más puede hacer para ayudarse a sí misma

Usted disfrutará mucho más de su nuevo rol de madre y este le resultará mucho más fácil, si cuida tanto de usted misma como de su bebé. Por ejemplo:

  • Cuando se duerma el bebé, échese una siesta. ¡Aproveche esos momentos para descansar! 
  • Resérvese un momento cada día para relajarse leyendo un libro o escuchando música. 
  • Dúchese cada día. 
  • Haga abundante ejercicio y disfrute del aire libre, con o sin su bebé, en el caso de que pueda dejarlo con otra persona de confianza. 
  • Resérvese un tiempo cada día, aunque tan solo sean 15 minutos después de que el bebé se vaya a dormir, para estar a solas con su pareja y conversar. 
  • Encuentre tiempo cada día para disfrutar de su bebé y anime a su pareja a hacer lo mismo. 
  • Disminuya su nivel de exigencia en lo que se refiere a la limpieza de la casa y las comidas, ya habrá tiempo para ello más adelante. Si las visitas le estresan, restrínjalas durante un tiempo. 
  • Hable con otras madres de recién nacidos (tal vez sus compañeras de las clases de preparación para el parto) y cree su propio grupo de apoyo informal. 

Déjese ayudar

Recuerde, la Mujer Perfecta es una ficción. Pida ayuda a su pareja, amigos y familia. Anote formas sencillas en que otras personas podrían echarle una mano cuando se le ocurran. Y, cuando alguien se ofrezca a ayudarle, revise la lista. Por ejemplo:

  • Pida a amigos o familiares que le compren lo que necesita en el mercado, que pasen unos minutos por su casa y cuiden del bebé mientras usted se da un breve paseo o un baño, o que le echen una mano en las tareas domésticas. O pida a sus allegados que lleven comida preparada a su domicilio. 
  • De ser posible, emplee a un adolescente del vecindario o a un servicio de limpieza para que le limpie la casa de vez en cuando. 
  • Infórmese sobre la posibilidad de contratar una "doula", una persona que se ha formado profesionalmente para apoyar y asesorar a las madres durante el posparto.

Cuándo llamar al médico

Debería llamar al médico durante el posparto si:

  • tiene fiebre inexplicable de 100,4º Fahrenheit (38º Celsius) o superior
  • mancha más de una compresa por hora, tiene coágulos grandes (de tamaño superior a una moneda de 25 céntimos de dólar) o aumenta su sangrado vaginal 
  • le han practicado una cesárea o una episiotomía y la herida se le pone roja, se le inflama o le supura pus
  • experimenta un dolor nuevo, hinchazón o molestias en las piernas
  • tiene las mamas calientes al tacto, enrojecidas o doloridas, o le salen grietas o le sangran los pezones o las areolas mamarias (las áreas de piel oscura que hay alrededor de los pezones) 
  • su flujo vaginal adquiere un olor fétido 
  • siente dolor al orinar, necesidad repentina de orinar o incapacidad para controlar la orina 
  • experimenta un dolor creciente en el área vaginal
  • desarrolla un dolor nuevo en el vientre o le empeora ese dolor 
  • desarrolla tos o dolor torácico, náuseas o vómitos
  • tiene fuertes dolores de cabeza o cambios en la vista 
  • se siente deprimida o tiene alucinaciones, ideas suicidas y/o pensamientos sobre hacerle daño al bebé 

Aunque recuperarse del parto puede significar tener que tocar muchas teclas, las cosas le serán más fáciles al cabo de un tiempo.  Sin darse cuenta, se podrá concentrar plenamente en su bebé y en disfrutar de él.

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