Cuando un hombre espera la llegada de un bebé

Las mujeres embarazadas experimentan distintas emociones ante el cambio vital de convertirse en madre. Pero la mayoría de los padres primerizos también tienen que afrontar sus propios sentimientos y preocupaciones.

Si usted se siente impactado, nervioso, confundido, agobiado o tiene la sensación de que no está preparado para la paternidad, no está solo. Como la mayoría de los cambios importantes en la vida, esta noticia requerirá adaptaciones importantes. Y si el embarazo no ha sido buscado (la mitad de los embarazos no lo son), es posible que experimente estas emociones incluso con mayor intensidad.

No tiene que sentirse culpable ni ansioso por sentir ese cúmulo de emociones: es algo completamente normal. Pero puede tomar medidas para sentirse más cómodo con el embarazo y con la idea de la paternidad, preparándose para que ambas experiencias le resulten más llevaderas.

A continuación, trataremos algunos aspectos que le pueden estar preocupando y le daremos algunas indicaciones para que las relativice.

¿Seré capaz de cuidar de un bebé?

Ninguna persona nace sabiendo cómo cuidar de un bebé, ni siquiera su pareja, por eso existen las clases de preparación para parto. Dependiendo de las opciones disponibles en su área, usted podrá asistir a clases tan pronto como a partir de la doceava (12) semana de gestación de su bebé. También hay clases que se centran solo en el día del parto y a las que se puede asistir tan tarde como en el octavo mes de embarazo. En algunas localidades, existen clases pensadas específicamente para padres primerizos.

En la mayoría de estas clases, se enseña a cambiar pañales, sostener al bebé, alimentarlo y hacerle eructar, acostarlo, instalar sillas de seguridad para el coche y poner la casa a prueba de niños. También aprenderá dónde puede estacionar su coche cuando lleguen al hospital, cómo afrontar al parto, y cómo cuidar de su bebé y de su pareja cuando lleguen a casa desde hospital.

Aparte de recibir esta información, también conocerá a otros hombres que están atravesando la misma experiencia que usted y que tal vez experimenten sentimientos similares, lo que le puede ser de gran ayuda. Las enfermeras y las educadoras que imparten este tipo de clases han visto a padres con todo tipo de estados emocionales. Por lo tanto, no se avergüence ni dude de lo que siente: pídales la ayuda que necesita.

¿Sabré ser un buen padre?

Recuerde que usted no va a tener que abordar todas y cada una de las facetas de la paternidad de golpe. Durante los primeros meses de la vida de un niño, gran parte de la paternidad implica habilidades que le enseñarán en las clases de preparación para el parto y que acabará dominando gracias a la práctica.

Ocurre como con cualquier otro nuevo rol que adquiera en su vida. Si está casado, cuando usted contrajo matrimonio, no supo automáticamente en qué consistía ser un buen marido. Lo fue aprendiendo sobre la marcha, a medida que iba conviviendo con su mujer.

Le queda mucho tiempo hasta tenga que fijar una hora de vuelta a casa para su hijo, enseñarle a conducir, o aconsejarle sobre las relaciones sentimentales o las opciones profesionales. Verá las oportunidades para enseñar a su hijo como una progresión natural a medida que vayan llegando. Si necesita ayuda, infórmese sobre los recursos disponibles en su localidad, incluyendo las clases para padres.

Le puede ayudar el hecho de hablar y pasar tiempo con otros padres, comentando con ellos los aspectos que más le preocupen. Si siente que tiene temas por resolver con su propio padre, es una buena idea hablar con alguien (tal vez un psicólogo o un miembro de la familia) antes de que nazca el bebé, para que no interfieran en la relación que mantendrá con su hijo.

¿Podremos afrontarlo económicamente?

Alimentar, vestir y educar a otro ser humano les van a costar parte del dinero que ahora gastan en otras cosas: no hay vuelta de hoja. Pero puede tomar algunas medidas para reducir el estrés en sus finanzas.

Le puede ayudar el hecho de hacerse una idea de los costos a que deberá hacer frente en cuanto nazca el bebé. Su seguro médico y el de su pareja pueden cubrir parte de esos gastos. Hoy en día, muchos puestos de trabajo ofrecen bajas por paternidad. Por lo tanto, asegúrese de informarse al respecto.

Considere la posibilidad de contactar con un planificador financiero que le dé consejos sobre la administración de sus finanzas. También puede hablar con otros padres que conozca de su localidad para hacerse una idea de cómo se organizaron cuando nacieron sus hijos y a qué gastos imprevistos tuvieron que hacer frente.

Usted puede abrir un fondo universitario (o cualquier otro tipo de cuenta bancaria) para cubrir los gastos de su hijo en cualquier momento. Puede empezar ahorrando unos cuantos dólares cada semana para financiar aspectos como el cuidado del bebé y la compra de pañales. Así, tendrá un buen principio para satisfacer las necesidades financieras de su hijo.

Recuerde que habrá ciertos gastos que usted no tendrá que pagar. Por ejemplo, si usted y su pareja deciden alimentar a su bebé con leche materna, se ahorrarán el dinero de la leche artificial durante los primeros meses de vida del bebé. Así mismo, muchas familias comparten ropa para el embarazo y ropita para el bebé porque, puesto que los lactantes cambian de talla muy deprisa y la llevan durante muy poco tiempo seguido, se puede reutilizar.

¿Será la paternidad el final de mi independencia?

La paternidad no tiene que ser el final de la diversión. Es cierto que no tendrá mucho tiempo para dormir ni para usted mismo durante los primeros meses de vida de su hijo hasta que empiece a dormir durante toda la noche seguida. Pero, cuando su bebé duerma más, usted y su pareja tendrán tiempo para hacer cosas con las que disfrutan, sea juntos o separados.

De nuevo, es importante que colaboren, se comuniquen y lleguen a acuerdos sobre las responsabilidades de cuidar del bebé para que cada uno de ustedes pueda obtener lo que necesita. E intente conocer a otras personas que hayan sido padres hace poco; podrán compartir con usted sus puntos de vista y darle buenos consejos.

En los primeros años de la vida de su hijo, usted podrá hacer muchas cosas con él, y una de las mejores y de las más importantes es leerle. Las investigaciones han demostrado que el hecho de que te hablen o te lean es una de las cosas más importantes que pueden hacer los padres para favorecer el lenguaje y estimular el desarrollo cerebral de sus hijos. Y que la lactancia inicial no es demasiado pronto para empezar. Así mismo, infórmese sobre portabebés especiales que permiten llevarse al bebé a pasear y en las excursiones por la montaña.

Es fácil tener miedo a perder tiempo de diversión cuando nazca el bebé, pero la mayoría de las madres y de los padres se dan cuenta de que, cuando nace su hijo, disfrutan muchísimo del tiempo que comparten con él.

¿Cómo cambiará nuestra relación de pareja y nuestra vida sexual?

Las mujeres embarazadas experimentan importantes cambios corporales, hormonales y emocionales, al tiempo que han de hacer frente a los mismos cambios vitales a que han de hacer frente los futuros padres. Conforme vaya avanzando el embarazo, este les puede afectar emocionalmente, tanto a usted como a su pareja.

Es difícil afrontar los altibajos emocionales, independientemente de cual sea su causa, pero su paciencia y su compresión pueden ayudar mucho. Intente ayudar a su pareja a sobrellevar cualquier estrés que pueda estar sintiendo sobre el embarazo y el hecho de convertirse en madre.

Si usted no se siente estable ni a gusto en su relación de pareja, intente afrontar la cuestión lo antes posible. Muchas parejas piensan equivocadamente que el nacimiento de un bebé las unirá más. Pero un bebé no puede arreglar una relación problemática: esa es su tarea y la de su pareja. Cuanto antes encuentren la forma de resolverlo los dos juntos, antes se sentirán cómodos con el hecho de convertirse en padres.

Se puede disfrutar de las relaciones sexuales durante el embarazo siempre que se trate de un embarazo de bajo riesgo de complicaciones (aborto o parto prematuro). Hable con el personal médico, de enfermería, la comadrona u otro profesional de la medicina que lleve el embarazo de su mujer sobre los riesgos relacionados con la sexualidad. No tiene que sentirse avergonzado por hacer este tipo de preguntas, ya que los profesionales de la salud están acostumbrados a ellas. Como ocurre con otros aspectos del embarazo, es importante que usted y su pareja hablen abiertamente sobre lo que prefiere cada uno.

Por descontado, el hecho de que mantener relaciones sexuales durante el embarazo sea seguro no significa que a usted y a su pareja les tenga que apetecer mantenerlas. Muchas parejas constatan que su deseo sexual y su comodidad en lo que se refiere a mantener relaciones sexuales fluctúan durante las distintas etapas del embarazo, conforme se van adaptando a todos los cambios. De nuevo, la clave está en mantener abiertas las vías de comunicación.

¿Cómo sobrellevaré el parto?

No existe ninguna regla general que diga que usted deba sostener al bebé en cuanto nazca, cortarle el cordón umbilical e, incluso, estar en quirófano durante todo el parto.

En las clases de preparación para el parto, es posible que aprenda técnicas para masajear y aliviar el dolor mientras usted está detrás de su pareja, junto a sus hombros y su cabeza, mientras ella respira y empuja. Cuando aprenda estos masajes, hable con su pareja sobre qué es lo que les hace sentir más cómodos a los dos.

Es frecuente tener miedo a desmayarse, pero la verdad es que es algo que ocurre a muy pocos hombres. ¡De hecho, muchos hombres que asisten a los partos de sus parejas acaban pensando que hay mucha menos sangre en todo el proceso que la que se esperaban!

La mujer embarazada, por descontado, es la que hace el trabajo más duro cuando da a luz a un bebé, pero los padres también desempeñan un papel importante. Su pareja necesitará que alguien vele por sus intereses y necesidades. Mucho antes de la fecha en que se espera que nazca el bebé, es importante hablar sobre las preferencias relacionadas con el control del dolor, la medicación y el tratamiento, para que usted pueda hablar con el equipo médico si su pareja no pudiera hacerlo. Usted también será el enlace entre su pareja y el resto de la familia durante el alumbramiento.

¿Cómo puedo ayudar a mi pareja?

Su médico probablemente le dirá qué cosas podrían ir mal, sobre todo si usted o su pareja son mayores. Lo más probable es que usted y su pareja deban someterse a varias pruebas de cribado para detectar defectos de nacimiento y otros problemas médicos en su bebé.

Escuchar todo esto puede asustar. Pero usted puede hacer muchas cosas para ayudar a su pareja (y a su bebé) a que se mantengan sanos durante el embarazo.

Si usted conoce a otras familias con recién nacidos o niños pequeños, le puede ayudar el hecho de pasar algún tiempo con ellos. Si no conoce a nadie con hijos pequeños o recién nacidos, el médico que lleva el embarazo de su pareja les podrá poner en contacto con otras familias de su área.

Intente acompañar a su pareja en todas las visitas prenatales, donde podrá hacer preguntas, recoger información, escuchar el latido del corazón del bebé y ver la imagen del bebé en la ecografía. También podría visitar la sección de maternidad del hospital o el centro de maternidad donde piensan tener al bebé.

Empiece a preparar su casa para la llegada del bebé haciendo cualquier mejora o remodelación necesaria.

Recuerde que la ansiedad relacionada con el embarazo o con la paternidad es como la ansiedad que siente sobre cualquier otro tema. Utilice las estrategias para afrontar el estrés que usted le vayan mejor, como disfrutar de una buena película, leer, escuchar música o hacer deporte.

Hablar sobre ello

La comunicación puede ser un desafío para las parejas que están esperando un bebé. Incluso antes de que se les note el embarazo, las futuras madres perciben importantes recordatorios físicos de que el bebé está en camino y de que su vida va a cambiar drásticamente. Por lo tanto, es posible que su pareja quiera hablar del embarazo cuando usted todavía se esté adaptando a esa idea.

Si usted todavía no está preparado para hablar con su pareja, tiene otras opciones. Tal vez se sienta más cómodo hablando con sus amigos, familiares u otros padres primerizos, que le pueden tranquilizar y darle sabios consejos. Muchos hospitales y centros de maternidad disponen de profesionales que atienden a padres primerizos con la máxima confidencialidad.

Recuerde que miles de millones de hombres antes que usted han experimentado la paternidad y han sobrevivido a ella. No existe ninguna poción mágica ni se supone que usted deba convertirse en el padre perfecto por puro instinto. Basta con que se esfuerce en prepararse para el nacimiento de su hijo, sepa que lo que vendrá después lo irá aprendiendo sobre la marcha y que aproveche los muchos recursos que le pueden ayudar.

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