(Swimming)

Salpicarse, meterse en el agua, mojarse los pies y chapotear son unas formas magníficas de pasarlo bien dentro del agua. Jugar en la playa, en un parque acuático, junto a un lago o dentro de una piscina puede ser un verdadero placer en un día caluroso.

Nadar es muy divertido, pero ahogarse es un peligro real. Hasta los niños que saben nadar se pueden ahogar, de modo que vamos a averiguar cómo mantenerse seguro dentro del agua.

¿Por qué es importante estar seguro dentro del agua?

Los peces pueden vivir y respirar dentro del agua, pero las personas necesitamos aire para respirar. La gente se ahoga cuando le entra demasiada agua dentro de los pulmones. En estos casos, los pulmones no pueden transportar suficiente oxígeno al cerebro ni al resto del cuerpo.

El ahogamiento es la segunda causa más frecuente de muerte accidental entre niños menores de 14 años. Un ahogamiento puede ocurrir muy deprisa, a veces en menos de dos minutos después de que la cabeza de la persona se hunda en el agua. Esto implica que queda muy poco tiempo para que los demás la puedan ayudar

Muchos de los casos de ahogamiento o casi ahogamiento ocurren cuando un niño cae accidentalmente dentro de una piscina. Pero los accidentes pueden ocurrir en cualquier sitio, en casa de otras personas e incluso en tu propia casa y por eso necesitas saber cómo mantenerte seguro cuando estés cerca del agua.

Piscinas

¡Las piscinas son una maravilla! ¿Qué hay mejor que sumergirse en una piscina y disfrutar bajo el sol un día de verano? Pero debes recordar que tanto los laterales como el fondo de las piscinas suelen ser de hormigón, un material tan duro como la roca. Un resbalón o una caída podrían ser dolorosos y peligrosos.

¿Te has fijado alguna vez en los números grandes pintados en los laterales de las piscinas? Se denominan indicadores de profundidad y te indican la profundidad del agua en ese punto de la piscina. Siempre te deberías fijar en esos indicadores antes de tirarte al agua o de entrar en una piscina. Y también deberías saltar solo desde los trampolines. No te tires nunca desde un lado de la piscina a menos que un adulto te diga que el agua es lo bastante profunda. La profundidad podría ser menor de la que crees. Si te golpearas contra el fondo … ¡qué daño! Podrías perder el conocimiento y/o lesionarte gravemente el cuello.

Comprueba también la temperatura del agua antes de entrar. El agua demasiado fría te puede provocar graves reacciones corporales, haciendo que se te acelere la tensión arterial y el ritmo cardíaco. Podrías abrir la boca de forma involuntaria para gritar y tragar agua de forma accidental. El agua fría también puede enlentecer el movimiento de los músculos, dificultando la natación.

Otras reglas a seguir son las que figuran a continuación:

  • Pide siempre que un adulto te vigile mientras estés dentro de una piscina, incluso aunque se trate de tu propia piscina. No entres nunca en una piscina si no hay un adulto cerca. Llama siempre a un adulto o a un socorrista en caso de emergencia.
  • Las rejas o vallas de seguridad están alrededor de las piscinas por un motivo: mantener a los niños fuera del agua cuando no hay un socorrista o un adulto cerca para que los vigile. No abras ninguna reja de seguridad que esté cerrada. ¡Garantiza tu seguridad evitando entrar en la piscina!
  • Respeta siempre las reglas de la piscina.
  • Nada siempre acompañado.
  • Si estás aprendiendo a nadar, pide a tu madre o padre que se asegure de que los dispositivos de seguridad que utilizas para flotar (flotadores y similares) cuentan con la aprobación de la Guardia Costera de EE.UU. o las autoridades navales de tu país.
  • Anda despacio por el área de la piscina. No corras.
  • Nada a profundidades que sean seguras para ti. Si estás aprendiendo a nadar, permanece en la parte donde cubre menos.
  • No empujes, tires al agua ni te tires encima de otras personas. Podrías hacerte daño o lesionar accidentalmente a otras personas.
  • Hay juguetes que ayudan a mantenerse a flote de muchas formas y tamaños diferentes (tubos inflables, colchones inflabes o pelotas de playa, por ejemplo). Aunque son divertidos y te pueden ayudar a aprender a nadar, no te pueden salvar la vida. Son juguetes que pueden perder aire y/o alejarse flotando.
  • No mastiques chicle ni comas mientras nadas, te podrías atragantar.

Lagos y estanques

A muchos niños les gusta nadar en arroyos, lagos y estanques. Al nadar en estos hermosos lugares, se deben adoptar unas precauciones adicionales. No siempre es posible ver el fondo del lago o estanque, de modo que no siempre se conoce la profundidad del agua. Esta es otra razón para nadar siempre junto a un adulto.

Aunque los peces con que te puedas cruzar no te harán daño, algunos estanques y lagos pueden contener rocas dentadas, botellas rotas u otro tipo de desperdicios. Lleva calzado para protegerte los pies. También deberás estar pendiente de las algas y hierbas, donde se pueden enganchar las extremidades de hasta un buen nadador. Si te dominan los nervios al intentar librarte de ellas, podrías quedarte todavía más enganchado. No permitas que te domine el pánico, desplaza tus extremidades con suavidad, tirando de ellas lentamente para desengancharte, y pide ayuda a un adulto.

Si sales en barco, lleva siempre puesto el chaleco salvavidas. (De nuevo, este debería estar aprobado por la Guardia Costera de EE.UU. o las autoridades navales de tu país.) Incluso aunque seas un buen nadador, el barco podría volcar y tú podrías quedar atrapado debajo de él.

Playas

Cuesta mucho resistirse a la tentación de pasar un día de verano en la playa, pero se deben conocer varias reglas de seguridad para nadar en el mar. Nadar en el mar es más complicado que hacerlo en la piscina debido a las olas, la resaca y otras corrientes, que pueden variar de un momento a otro. Cuando llegues a la playa, lo primero que deberías hacer es consultar el estado del mar con el socorrista. En algunas playas se ponen banderas o se escriben notas en pizarras para que los bañistas se hagan una idea sobre el estado del mar.

Las olas te pueden derribar o empujar contra el fondo del mar. Permanece cerca de un adulto o sal del agua cuando las olas se pongan fuertes. La gente también tiene problemas cuando la dominan los nervios o se cansa demasiado de tanto nadar. Es importante que conozcas tus límites, de modo que, cuando te empieces a notar cansado, sal del agua y descansa un rato.

En algunos lugares, los nadadores pueden encontrar resacas o corrientes marinas muy fuertes. La resaca puede ser tan fuerte que puede arrastrar a los nadadores lejos de la orilla sin que apenas se den cuenta de lo que les está ocurriendo. Si te encuentras dentro de una resaca, nada de forma paralela a la costa (a lo largo de la orilla) en vez de intentar acercarte a la playa hasta que cese la corriente y, cuando lo haga, regresa a la orilla nadando. Si no consigues acercarte a la playa, mueve brazos y piernas para mantenerte a flote y haz señas al socorrista para que te ayude. En este tipo de situaciones es importante mantener la calma y no dejarse dominar por el pánico.

Lo más probable es que no te cruces con ningún tiburón (aunque es posible que se te acerquen simpáticos delfines) mientras nadas. Pero es posible que te cruces con algunas medusas. Estos animales casi trasparentes y en forma de paraguas pueden crecer hasta alcanzar grandes tamaños y se suelen encontrar flotando cerca de la orilla. Pero que te pique una medusa no es nada divertido, ya que las ampollas que dejan en la piel pueden resultar dolorosas. Si te pica una, díselo a un adulto lo antes posible.

Otras reglas a seguir:

  • ¡No nades nunca en solitario!
  • Nada siempre donde pueda verte un socorrista y en áreas marcadas para ser utilizadas por los bañistas.
  • Lleva calzado protector si la superficie es dura o rocosa.
  • No te alejes demasiado de la orilla.
  • No simules nunca que te estás ahogando. El socorrista podría tomárselo en serio.
  • No nades nunca cerca de los muelles, esas estructuras grandes y de madera que sobresalen sobre el agua. Si el agua se moviera súbitamente, podrías golpearte contra un saliente o una roca.
  • Cuando estés en la playa, conserva las bebidas en recipientes de plástico, ya que los cristales rotos y los pies desnudos no calzan bien.
  • Mira de cara a las olas, en vez de darles la espalda. Así sabrás qué es lo que viene a continuación.

Parques acuáticos

A los niños les encantan los parques acuáticos, ¿cómo no? Las piscinas de olas, los toboganes gigantes, los trampolines y las fuentes que echan agua a chorro son de lo más divertidos. Para mantenerte seguro, averigua en qué consiste cada atracción y la profundidad de su agua. Hay piscinas donde puede haber muchas olas, de modo que es una buena idea tener a un adulto cerca.

He aquí otros consejos de seguridad a tener en cuenta en los parques acuáticos:

  • Lleva un chaleco salvavidas si no sabes nadar o si no eres un buen nadador.
  • Lee todos los letreros e indicaciones antes de montar en una atracción. Asegúrate de que eres lo bastante alto y lo bastante mayor y de que no padeces ninguna de las afecciones médicas que se mencionan como incompatibles con la atracción. Si tienes alguna duda o pregunta al respecto, pregúntasela a uno de tus padres o a un socorrista.
  • Asegúrate siempre de que está presente un socorrista cada vez que te montes en una atracción y escucha atentamente las instrucciones que él te dé. Cuando vayas a bajar por un tobogán, espera a que la persona que va delante de ti pase el punto de seguridad antes de lanzarte.
  • Baja siempre por los toboganes de cara y con los pies por delante. Esta es la forma más segura y correcta de bajar por un tobogán.
  • Cuando vayas de atracción en atracción, no corras: ¡es suelo será muy resbaladizo! Y recuerda que cada atracción es diferente. Lee todos los indicadores y fíjate en la profundidad del agua en todas las piscinas que utilices.

Pero … ¡si yo ya sé nadar!

Es muy importante que conozcas tus límites a la hora de jugar dentro del agua. Podrías experimentar un calambre (cuando un músculo de tu cuerpo se tensa súbitamente y te provoca dolor) u otro problema corporal que te dificultaría el nado. Si tienes un calambre, sal del agua durante un rato y deja descansar a tus músculos.

He aquí otros consejos de seguridad:

  • Aprende a nadar. Pide a tus padres que se pongan en contacto con la sede local de la Cruz Roja u otros servicios que organicen cursos de natación, sobre seguridad en el agua y sobre navegación.
  • Ponte siempre abundante protector solar sobre la piel antes de salir al exterior. También es una buena idea que lleves gafas de sol y una visera para protegerte los ojos y la piel de los nocivos rayos del sol.
  • Bebe abundante agua y otros líquidos cuando nades y juegues en el exterior para no deshidratarte.
  • Deja de nadar o de navegar en cuanto veas u oigas una tormenta. Recuerda que los rayos son una forma de electricidad y que la combinación de agua y electricidad es peligrosa.
  • No nades cuando esté oscuro.
  • Entra en el agua despacio para asegurarte de que el agua está a una temperatura agradable en vez de demasiado fría. Si tiemblas o empiezas a tener calambres musculares, puede deberse a que el agua está demasiado fría. En tal caso, deberías salir inmediatamente del agua.
  • Los gérmenes que contiene el agua pueden enfermar a la gente, provocándole diarreas y otras enfermedades. Por eso deberías asegurarte de no tragar agua. Y, para contribuir a que el agua esté lo más limpia posible, date una ducha con jabón antes de entrar en el agua, lávate las manos después de utilizar el váter y no te bañes en lugares públicos cuando estés enfermo.
  • Nades donde nades, ¡disfruta a lo grande de la experiencia!
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