Amanda es una estudiante ejemplar cuya asignatura favorita son las Matemáticas, pero ahora se enfrenta a otro tipo de problema: la enfermedad de Hodgkin. La enfermedad de Hodgkin es un tipo de linfoma -un cáncer que empieza afectando a los ganglios linfáticos. Los ganglios linfáticos son masas de tejido que controlan la circulación de la linfa, un fluido que contiene glóbulos blancos, los cuales se encargan de luchar contra las infecciones.

A Amanda le diagnosticaron la enfermedad de Hodgkin cuando tenía 11 años. Todo empezó cuando sus padres se dieron cuenta de que tenía el cuello inflamado. A ella no le dolía nada. Su pediatra primero creyó que la inflamación de los ganglios linfáticos podía deberse a alguna infección y la remitió a un hospital infantil para que estudiaran el caso en profundidad. Allí, le hicieron radiografías y tomografías computarizadas (dos técnicas de diagnóstico por imagen) de la zona del cuello, donde le detectaron un bulto cerca de la tráquea que amenazaba con obstruir el paso del aire. El bulto resultó ser un tumor, y las cosas se empezaron a acelerar.

Inmediatamente le programaron una biopsia, un procedimiento quirúrgico consistente en extirpar y examinar una pequeña cantidad de tejido del tumor. La siguiente noticia que tuvo es que ella y sus padres tenían cita con un oncólogo, un médico especializado en el tratamiento del cáncer. El médico le explicó a Amanda que le habían detectado un cáncer. Amanda recibió la noticia con una gran entereza. "Me gustó que el médico me explicara qué me pasaba y qué podía esperar -dice ella-. Lo que me sentó fatal fue que me dijera que se me caería el pelo."

Quimioterapia y caída del cabello

Y el oncólogo tenía razón. Después de la segunda sesión de quimioterapia (el tratamiento para matar las células del cáncer), el cabello de Amanda, de color rubio miel y que le llegaba hasta los hombros, se le empezó a caer poco a poco. Cuando, al fin, se hizo a la idea y se afeitó la cabeza, se guardó varios mechones de pelo en una bolsa como recuerdo. Amanda todavía echa en falta su melena, pero ha empezado a hacerse una colección de gorras y sombreros a juego con su vestuario lleno de colorido. Su sombrero favorito es de color azul marino.

Debido a que apenas tiene pelo, Amanda es consciente de que los desconocidos a menudo la miran fijamente o con expresión de extrañeza. Pero sus amigos ya se han acostumbrado a su nuevo aspecto. Le han sido leales, en palabras de la misma Amanda, y han sabido encontrar formas de seguir haciendo actividades juntos a pesar del cáncer.

"Sigo jugando con mis amigos -dice ella-, aunque ahora tenemos que ir con más cuidado debido al riesgo de infección. Y generalmente quedamos en mi casa."

Cosas que Amanda no puede hacer

Mientras dure el tratamiento, Amanda no podrá ir a algunos de sus lugares favoritos ni practicar algunas de sus actividades preferidas. Ahora no pude ir de compras ni a clases de baile de jazz y zapateado. No puede ir a la piscina porque lleva un catéter central de quimioterapia, que le implantaron quirúrgicamente en el pecho para poderle administrar el tratamiento más fácilmente. Tampoco puede tomar el sol.

Para Amanda, la parte más dura de tener la enfermedad de Hodgkin es que no pude ver tanto a sus amigos como antes. Al tener más tendencia a contagiarse de las enfermedades que padecen otros niños, Amanda ha tenido que dejar de ir al colegio. Ahora viene un tutor a casa para darle clases particulares. Pero ella ya está deseando volver a la ajetreada vida que solía tener en cuanto acabe el tratamiento, con sus clases jazz y zapateado, y de volver a participar en el consejo de alumnos y en los ensayos de teatro y del grupo de animadoras de su colegio -siempre y cuando su recuperación siga progresando.

Mirar hacia delante

Actualmente Amanda pasa la mayor parte del tiempo en casa, donde vive con sus padres, su hermano mayor Brian, su hermana mayor Sammie, su viejo pastor alemán de 12 años Poochie y su cachorro Chemo. Su sueño es ir a África algún día para fotografiar animales salvajes. Ella ve el futuro con optimismo y espera encontrarse cada vez mejor.

Mientras tanto, Amanda dice que es importante que los demás entiendan que ella es la misma de siempre. "Después de todo -dice-, haber perdido algo no significa que lo hayas perdido todo."

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